sábado, diciembre 19, 2009



Nadie me consuela cuando pico cebolla. Eso me gusta. Lloro y lloro. En realidad no paro de llorar en todo el proceso. Todos me miran y a nadie le importan mis lágrimas. Es lo normal, ¿no? A veces alguien se detiene y me siento descubierta, pero no. En realidad no saben que yo también me escondo bajo una capa.

viernes, diciembre 18, 2009

Micros IV

- Metió la máscara en la lavadora; y como todos los días, se presentó con su cara bien lavada.

- Lo que hizo con ella fue perder el tiempo. Luego conoció a otra y se le escapó con el tiempo.

miércoles, diciembre 02, 2009

Micros III

- El radio nuevo cayó al mar. Había costado mucho dinero conseguirlo, aunque mucho más le costó a las víctimas conseguir otra señal.

- El zapato quedó tirado en el medio de la autopista. Ningún carro se detenía, hasta que el hombre intentó amarrarse las trenzas.

- Dijo "nalga" y el bebé lloró. Dijo "comida" y el bebé sonrió. Dijo "madre" y el bebé no reaccionó.

viernes, noviembre 20, 2009

Micros II

- Quitó la cobija para despertar a la niña. La tomó de la mano y se la llevó. Cuando se alejaron, ella le preguntó: ¿no estabas muerto?

- Sus llaves cayeron al agua. Metió la mano para buscarlas, y las encontró... pero dentro de la boca de algo.

- Tenía el corazón roto. Su herida estaba por sanar cuando un mal hombre llegó y le arrancó los puntos.

jueves, noviembre 12, 2009

Micros

- Pidió que le sirvieran dos deditos, pero el empleado le llevó la mano completa.

- Fue una pecadora hasta que el papa murió. Empezó a salir humo blanco y colgó el hábito otra vez.

- El reloj se detuvo y por primera vez supo que no había tiempo que perder.

- El ambiente estaba muy frío y cuando el invitado empezó a entrar en calor, lo sacaron del horno.

- Él la miró desde arriba y ella le delvolvió la mirada. Él le bajó el cierre. Era la costurera que lo esperaba.

lunes, septiembre 07, 2009

Pluma forense

Cumplo con el penoso deber de notificar el lamentable fallecimiento de Emilio. El difunto en cuestión se dio a conocer a la luz pública cuando fue nombrado en uno de mis relatos. Nació hace pocos meses, en el mismo instante en que me fue asignada la honrosa tarea de crearlo. Confieso que no fui muy creativo. Mis palabras, escoltadas por muletillas, describieron a un hombre normal que tenía una novia muy linda, y los dos estaban enamorados. El personaje de la novia ya lo había creado otro compañero, así que mi labor se hizo muy simple. Cada día el amor entre estos dos personajes se hacía más intenso. Toda marchaba como en un cuento de hadas, hasta que un día se me chorreó la tinta. Quedó jubilada en el bolsillo de una camisa y yo pasé a ser un bolígrafo sin personalidad. Mientras tanto ella quedó desolada. No entendía el por qué de la ausencia de Emilio. Nada de llamadas, ni de visitas. Nada de nada. Dentro de su desesperación, ella buscaba justificar a su amado. Pasaron varios meses hasta que mi dueño me regaló una nueva tinta. Escogí el mejor papel en blanco para que fuera testigo de mi lealtad por Emilio. Nació de nuevo. Lo primero que quiso hacer fue buscarla. Pero ya era tarde. Pensé que cualquier excusa hubiese sido inaceptable para ella. También quise evitar cualquier derramamiento futuro, por eso decidí matarlo.

miércoles, agosto 26, 2009

Mi gran invento

Estás tanto en mi cabeza que pienso que eres algún tipo de aparato que he inventado. Antes que alguien más te piense, te voy a patentar.

Otra preocupación más


“Si alguien ama a una flor de la que no existe más que un solo ejemplar en los millones y millones de estrellas, eso le basta para ser feliz cuando las contempla. Se dice a sí mismo: Mi flor está ahí en algún sitio… Pero si el cordero se come la flor, para él es como si de pronto todas la estrellas se extinguieran”. Antoine De Saint-Exúperi. El principito.

¿Quién dijo miedo?

Ben Amí tiene 37 años, vive solo, odia la luz blanca y le molesta que las misses digan: “Ante todo, buenas noches”. A él le molestan muchísimas cosas más en la vida, pero una sola le da miedo. La oscuridad. Ustedes dirán: ¿tan grandote? Pues así es. En su cuarto hay dos camas: la de él y, perpendicular a su cabezera, se encuentra la que 20 años atrás le pertenecía a su hermano. Todas los noches, cuando llega el momento de dormir, él reza para que se le quite el miedo y no tenga pesadillas. Aunque este acontecimiento forma parte de su rutina, siempre está a la espera de que su suerte -continuamente en litigio con sus metas- cambie de un día para otro. Antes de acostarse enciende la luz amarilla del pasillo. Considera un descaro total la impunidad con la que se desplazan los fantasmas en la oscuridad, por eso, en caso de tener que toparse con uno prefiere que la luz deje en evidencia al transgresor en cuestión. Él, incrustado en la desesperanza junto al mutismo de la cama vacía a su lado, mantiene sus brazos debajo de las sábanas mientras le da sueño. Prefiere dormir boca arriba para que nunca lo agarren desprevenido; en esa posición pararse le tomaría unos segundos menos que si durmiera boca abajo. Luego de un peregrinaje por diversos pensamientos de este tipo la paciencia de Ben Ami se disloca. Los buenos recuerdos se escabullen de su cerebro como acelerador de su estrés. La calma titubea al compás de la brisa que golpea a la persiana. Y por fin logra dormirse. Esta vez es diferente. No hay pesadillas. Sueña y en sus sueños es feliz. Las imágenes color pastel bautizan sus esperanzas de sosiego. Piensa que nada puede hipotecar la llegada de la tranquilidad a su vida. Bueno, al menos eso pensaba hasta que alguien lo despertó.

Líbranos del mal. Amén


"Everything in this room is eatable, even I'm eatable! But that is called cannibalism, my dear children, and is in fact frowned upon in most societies." Willy Wonka

domingo, agosto 23, 2009

Oportunidad única

El caballo llegó al mar y le gustó. Se acercó a lo profundo y temió; pero tarde se dio cuenta que quería otro lugar. Un lugar donde pudiera escoger y luego arrepentirse.

sábado, agosto 22, 2009

Por la cuerda floja

Soy un enano con ventaja, y lo afirmo como una primicia. No es que sea superior a los demás, lo que pasa es que nadie puede estar a mi altura. Trabajo en el techo y desde esa perspectiva olvido mis semejanzas con los enanos de abajo. No hablo en forma despectiva, sólo trato de poner en contexto la historia que voy a narrar. En el momento que pasó lo que voy a contar más abajo, no existían las escaleras ni tampoco existía en la mente de ningún ser vivo, la idea de montarse en una silla para alcanzar algo que estuviera fuera del alcance de un simple estirón de brazo. A raíz de esta precariedad en el acontecer diario, el supermercado “A tu alcance” decidió contratarme con el fin de suplir las carencias que presentan las personas de mi estatura para tomar los productos de los anaqueles más alejados del piso. Yo no sentía vértigo ni miedo escénico así que fui contratado de inmediato. Los primeros días fueron bastante movidos, pero los siguientes eran totalmente tediosos; así que decidí llevar mi pasatiempo preferido al trabajo. Soy titiritero, pero de una sola marioneta, ya que sería un sacrilegio probar con otra. Aquella vez la llevé al trabajo, como los hilos eran casi imperceptibles, la hice pasar por una clienta más. Me ha hecho compañía por tantos años que he logrado fingir la voz ideal para ella. Ese día todos los hombres la miraban y las mujeres la envidiaban. A veces me ponía celoso, pero nunca los culpé de su actitud porque ellos no sabían que estaba acompañada. El gerente se le acercó y le preguntó si necesitaba ayuda. Yo tuve que responder por ella, claro está. No gracias, dije yo pero imitando la voz de ella que al mismo tiempo era mía porque yo la había creado. Él era insistente y yo la hacía reservada, pero cuando él se marchaba ella lo invitó a salir. De más está decir que me partió el corazón, pero era tarde: ya me había enamorado.

martes, agosto 18, 2009

El golpe avisa

Bajo el semáforo en rojo una pelota cayó, al cambiar a verde un golpe se escuchó.

No significas nada para mí

Es el prólogo o el epílogo de una día cualquiera. Da igual. Apareces con tu pequeña cabeza rapada y un hambre descontrolada. El veto de la duda no se fractura al confirmar que llegas para destrozar. Algún recién nacido o algún muertico espera tu llegada. Te gusta que tengan miedo. El dolor de los demás bautiza tus esperanzas de triunfo. Ella, tu presa, está ahí. Llega sin ser invocada, y sin imaginarlo se entrega rehén, sin forcejeo ni asombro a la caminata bajo el agua que le tocará recorrer. Tú, vestido de negro, la rodeas. Atacas. El sufrimiento está apenas por inaugurar en la cara de ella. Tu calma titubea con el paso del tiempo, pero tus intenciones no. La desesperas. Ella grita. Le dices que es propio de locos gritar y le preguntas: ¿quién ha sido capaz de transformarte? Ella responde: No, no ha sido un hombre. Tampoco un buitre. Has sido tú.

domingo, agosto 16, 2009

Sacando cuentas

I
No estaba muerta, pero parecía una buena imitación. A pesar de esta particularidad ella estaba en una urna. Yo sabía que en cualquier momento iba a despertar pero me dio fastidio confesarlo. Tras el ataúd había un libro bajo el título Sacando cuentas que daba un esbozo de sus acciones cuando su voluntad estaba más cerca de la actualidad que de la eternidad. Las páginas eran un peregrinaje fiel por la vida de Filomena -la no tan muerta-. Los recuerdos estaban por inaugurar en los familiares que asistían al velorio y la esperanza era una utopía malograda por el trágico acontecimiento. Para mi era sencillo todo. Ella estaba realmente deteriorada y sólo sería un estorbo si la respiración acompañaba por más tiempo su figura. Sus venas abultadas en todo el cuerpo y el perenne olor a esmalte recién aplicado me impulsaron a odiarla cada vez más. Pero finalmente ahí estaba yo, victoriosa, comiendo con el que era su esposo, saboreando junto a él una carne jugosa, una carne intransigente a cualquier deseo de abandonarla en el plato. Claudio –el casi viudo- estaba sentado a mi lado, con una promiscuidad de sabores en su boca y con una total virginidad en su razón al desconocer lo que yo sabía.

Me paré al baño y vi un sacerdote sentado en la barra. Su licencia para el bien estaba expuesta alrededor de su cuello blanco y negro. Era grotesca la escena porque lloraba como un niño, a decir verdad compensaba las lágrimas que Claudio no había botado todavía. El llorar de esa manera era un ejercicio antropológico para purgar sus culpas, según pensé luego de escucharle. Decía, sin mirar a otra cosa que no fuera su pedazo de carne, que había cometido el peor pecado que una persona como él podía cometer: confesar un pecado ajeno. Seguí mi camino y lo dejé congestionado de dolor.
Al salir del baño me tropecé con una mesa. Mi disculpa fue lo único que escuchó la pareja que ocupaba dos de las cuatro sillas. Al parecer acababan de llegar porque en la mesa sólo había algunos papeles y nada de comida ni bebida. Súbditos del aburrimiento, los novios, esposos, amantes o socios, no dijeron ni una sola palabra. Seguí mi camino hacia la salida hasta escaparme de Claudio; y aquí, mamá, termina mi historia.

II
Luego, en esta cárcel, descubrí la otra parte. Claudio salió al instante de mi escapatoria y la pareja, aparentemente incrustada en su mutismo, logró detenerlo. Eran mesoneros encubiertos para evitar que nadie saliera sin pagar. Lo sé porque son ellos mismos los que hacen ahora la comida en este lugar. Yo trato de pensar que es la carne de Claudio pero mi mente sigue tan lúcida como siempre.

Te preguntarás por qué ellos también están presos. Aunque la imaginación me bloquea el panorama, mi mente impulsada por la experiencia me aclara las razones. La mujer que se ocupó de amortajar a la difunta y el hombre que diagnosticó su muerte son los que ahora siguen sirviendo las necesidades de otros. Ahora te dejo mamá, me busca otra persona. Es entonces cuando un cura se para a mi lado como Sacando cuentas de mi desgracia.

sábado, agosto 15, 2009

Por mal camino

Ella es toda una muñeca: con carita de porcelana y zapaticos de charol; y él la dejó por otra. Y de trapo.

Mi gran noche

Sus manos no tenían uñas y su aliento desinflaba toda pretensión de cercanía. Camila intentaba no pensar en él, pero la estrechez del espacio hacía inevitable el contacto. Las mesas arrinconadas le cedían terreno a la pista de baile y algunos invitados aprovechaban la oportunidad para realizar una minuciosa auditoría a los trajes de los asistentes. El salón de fiesta era amplio pero la distribución era incómoda por la cantidad de columnas atravesadas por doquier. La decoración parecía de fiesta infantil. Muchos globos y comida chatarra abundaban en el lugar.

Tequeños y bolitas de carnes salpicaban los manteles mientras que Camila ocupaba su boca en hablar por teléfono. Sus pies sometidos a la prisión de unos tacones prefirieron resguardarse bajo la silla. Fue entonces cuando se acercó Narciso. Su caminar pausado arremonilaba el humo a su alrededor y diminutos pero abundantes puntos blancos, desterrados de su cabellera y exiliados en su chaqueta negra, se revelaban inoportunos bajo el resplandor de la luz blanca.

Él la abordó confiado y le tendió su mano sin mediar palabra. Ella asustada por la intransigencia de la situación, se negó a ser su pareja en la balada que empezaba a sonar. Simulaba sentirse mal. Los padres de Camila tomaron partido. Le exigieron, disimulando cualquier intento de presión, que aceptara la invitación de su profesor. Su petición se volvió victoria.

La barriga de Narciso cobró protagonismo cuando los cuerpos se juntaron. Era dura y con un tamaño similar a un embarazo de 5 meses. Su alumna trataba de olvidar la rabia que sentía mientras coreaba la canción. Él saborea su lengua con sus pequeños labios como siendo consciente de las sensaciones que provocaba. Sus cabellos alambrados disputaban el negro y el blanco en la cara de ella y su cara evocaba una seguridad poco justificada con su apariencia física.

La música no paraba; un tema se conjugaba con otro. La pista estaba abarrotada, ocasión que aprovechaba para no soltarla en ningún momento. Los mariachis no aparecían y ningún otro hombre se atrevía a rescatarla. A pesar de la situación de incomodidad, ella intentaba disimularlo. Era complaciente porque sabía que estaba en juego un año escolar por delante junto a una materia por aprobar. Su traje de lino y su corbata floreada le otorgaba la prestancia de director funerario. Ella en cambio, estaba radiante con su vestido azul del mismo tono que sus ojos. Aunque ninguno de los dos guardaba ningún tipo de semejanza, parecían padre e hija por la diferencia de edades que existía entre ellos.

La música terminó al compás de la incomodidad. Llegó la tranquilidad pero duró poco. Otra ocurrencia rondaba la mente de su papá. Apartó una silla para Narciso y lo ubicó al lado de Camila. Su tía era centinela de su compostura porque era la única que notaba la indisposición de ella. Pasaron los minutos y una esperanza nació. Caminó hacia la tarima y habló con el cantante. Minutos después Narciso era la estrella de la noche.

Camilo Sexto, Sandro, Nino Bravo y Rafael fueron algunas de las voces imitadas por él. Luego de su repertorio de desparpajo continuó su injustificada persecución a Camila. La invitó a subir al escenario, pero esta vez ella tomó el micrófono y pidió que los asistentes se acercaran a la torta.

En realidad su tía estaba completamente engañada. Ella tenía una percepción errada de la situación amorosa de su sobrina. Cuando todos estaban congregados alrededor del dulce, Camila anunció su compromiso con el profesor Narciso.

jueves, agosto 13, 2009

Esto va contigo


"In certain, extreme situations, the law is inadequate. In order to shame its inadequacy, it is necessary to act outside the law. To pursue - natural justice. This is not vengeance. Revenge is not a valid motive, it's an emotional response. No, not vengeance. Punishment." Frank Castle, The Punisher

Encerrados

1000 cuadros deformes conforman mi creación. Ninguna pieza desmiente la belleza de los personajes que yacen bajo el vidrio. Elvis Presley luce pensativo recostado a una pared. El peso de su figura recae sobre su pierna izquierda. Del mismo lado, sus dedos sujetan las cuerdas de una guitarra que sucumbe a la inercia de la foto. A su derecha se muestra, detrás del vidrio de un mostrador, a Marilyn Monroe. Un vestido blanco arropa su figura y sus brazos se ocupan de sacar un oso de peluche de la vista de los transeúntes. James Dean está en la tienda, de espaldas a la salida, con una mano en el bolsillo y la otra hurgando entre varias postales. Su boca sostiene un cigarro todavía sin encender. La tranquilidad en sus caras no parece dar indicios de la cárcel que representa convivir día tras día bajo un marco verde.

martes, agosto 11, 2009

Homenaje a mis ídolos juveniles: los irrepetibles e inconfundibles gomositos

Estimadas señoras a las que he llamado rivales con ventaja:

Siento que es mi obligación comunicarles las consecuencias de un terrible descuido, o torpeza que han cometido; y es que han osado mirar a los ojos de un hombre que sólo se alimenta de leche y de miel, y por esta razón, muchas, sumidas en su ignorancia, lo han llamado Dios. Ustedes, en su afán de definir lo que no tiene explicación lógica, han creído descubrir un sustantivo acorde con los efectos que causa este hombre. Es tan extensa su influencia que el simple término “Dios” no define completamente los síntomas. Lo han llamado el Dios de la Locura, pero él en realidad es un emperador galáctico que ha venido a la tierra, precedido de naves exploradoras provenientes de un aeródromo en Nazca, para gobernar el universo. Él descendió a Venezuela, por un desperfecto en su nave y cayó exactamente en mi camino. A su arribo los peces han tenido que llenar de agua los ríos y mares, para esconderse debajo; los humanos han poblado de árboles la selva y las termitas se han refugiado bajo tierra.

Ustedes ya han sido convertidas en piedra, pero no se han dado cuenta porque creen que todavía se mueven y el único síntoma atípico que sienten es que el pensamiento no les pertenece más. Pero les advierto, que un día, él llamara elegida a una de ustedes, le prometerá la tierra, y entonces no deberán aceptar esta oferta; porque para ese momento serán sólo polvo. Por eso les digo que soy aventajada, porque el mar y la distancia me protegen de la devastación, y ustedes están allí, peligrosamente cerca. Así que no pierdan un minuto y corran.

Con amor,

La no tan viva

El propio

Desde que te vi tus gestos se empotraron en mis pensamientos. En mi memoria empezaste a ocupar estancias remotas, alguna vez habitadas por nómadas. Tu caminar elegante, con la velocidad que convertiste en mi patrón de lo ideal, te diferenció de la serie. Con la novedad de tu presencia me brindaste trascendencia. Restando rodeos confirmo que desde que estás a mi lado, economizas mis momentos de tristeza y permites que la alegría haga metástasis en mi alma. Todo indica que eres mi destino.

sábado, agosto 08, 2009

Nota de Pie

La Sra. Pie, viuda del Sr. Página, es capaz de esperar a otros hombres hasta el fin, para que al igual que su difunto marido, sigan cayendo a sus pies.

Pasando la página

Mi álbum es un viejo querido. Me gusta su cubierta infantil porque le resta importancia a su contenido, y así pasa desapercibido ante miradas curiosas. Sus páginas remolcan mis recuerdos al papel. Cada una de ellas confisca la imagen de una ocasión junto a las huellas de sus visitantes impregnadas en las fotos. La apatía se descuelga de sus páginas cuando las recorro, y mi vida se convierte en un dossier de remembranzas. A pesar de ello, no existe siquiera un momento en donde el presente deje de asomar su perfil y revele de manera inexorable la ausencia de un ser querido. Es entonces cuando rechazo sin apelación aquel recuerdo, e incauto en un estante escondido esas sonrisas que no prescriben con el tiempo.

viernes, agosto 07, 2009

jueves, agosto 06, 2009


Elevo mis más sinceras plegarias de agradecimiento por la invención de tan magnífico objeto

Solita

Soñé que el casamiento de mis padres se celebraba en la morgue de Santa Mónica. La pareja de novios yacía uno junto al otro en urnas separadas. Parecían dos enfermos de amor. En sustitución del párroco, había un cantante de música sacra que entretenía a los amigos vivos. El dibujo de aquella escena me hizo ganadora del 1er concurso para niños huérfanos.