- Quitó la cobija para despertar a la niña. La tomó de la mano y se la llevó. Cuando se alejaron, ella le preguntó: ¿no estabas muerto?
- Sus llaves cayeron al agua. Metió la mano para buscarlas, y las encontró... pero dentro de la boca de algo.
- Tenía el corazón roto. Su herida estaba por sanar cuando un mal hombre llegó y le arrancó los puntos.
4 comentarios:
Patria, socialismo o muerte. Venceremos!
Muy feminista tu último micro II. Siempre los hombres quedamos como los malos de la partida.
Tu sais comme je travaille. Dieu m'a fait comme ca. Carlos Perozo. Alias el gran mito hackler!
No siempre el cuerpo se subordina al cerebro.
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