Aunque no olía muy bien, los invitados se la comieron igual. Al momento del postre, uno de ellos, me preguntó por mi esposa. Yo me llevé la mano a la boca, y él a su barriga
Ella había muerto hace poco, pero el otro día creí verla. Escuché su voz y olí su perfume. Me llamó y me fui con ella. Necesitaba salir de emergencias sin pagar.