sábado, diciembre 19, 2009



Nadie me consuela cuando pico cebolla. Eso me gusta. Lloro y lloro. En realidad no paro de llorar en todo el proceso. Todos me miran y a nadie le importan mis lágrimas. Es lo normal, ¿no? A veces alguien se detiene y me siento descubierta, pero no. En realidad no saben que yo también me escondo bajo una capa.